Cuarenta años más tarde, el cultivo
del maíz se había expandido a África, la India y,
a través del Tibet, China. Cuando los primeros barcos europeos
llegaron a China, este cereal se recolectaba ya en todas sus regiones.
Rápidamente, tras sucesivas
exploraciones en el continente americano, se descubrió que el maíz era la
principal fuente alimenticia de muchos pueblos, desde los mayas de
América Central a los aztecas de México, desde
los incas de Perú y Bolivia a las tribus de pieles
rojas de AméricaSeptentrional.
El maíz es el que
proveyó de alimento a los colonos europeos durante la ardorosa conquista del
Oeste.
Los colonos blancos aprendieron de los pieles rojas
como cultivar este cereal, cómo cosecharlo y cómo utilizarlo. Aún
hoy, a pesar de la llegada de la maquinaria que ayuda en los grandes maizales,
muchos americanos continúan empleando las técnicas que los indios enseñaron, en
su día, a los primeros colonizadores.
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